Santalucía Impulsa busca soluciones o nuevas propuestas de valor para reinventar el seguro de Decesos y al viajero post-Covid19 mejorando la prestación de servicios, la experiencia del cliente y la eficiencia en los procesos, siempre con foco en la transformación digital. 

Tras el COVID-19 han surgido nuevas tendencias en el deceso debido al cambio cultural que se está produciendo en todo el mundo. La pandemia nos ha llevado a nuevas formas de despedirnos tras el fallecimiento y a naturalizar y romper con un tema tabú como es la muerte. 

El Grupo Santalucía, compañía líder en el seguro de decesos y en todo el acompañamiento en el final de la vida, persigue mejorar y aportar valor añadido en el diseño de este tipo de producto para atraer y fidelizar a nuevos segmentos de clientes de todas las culturas y generaciones: Silver Economy, Baby Boomers, Millenials, Generación Z, etc. 

Este reto pretende encontrar productos, servicios, procesos o alianzas estratégicas que respondan a las nuevas necesidades de la sociedad en su modelo de relación con el deceso tanto en vida como después del fallecimiento. 

Desde el Grupo Santalucía saben cuidar y proteger a sus asegurados, pero siempre miran ir más allá. Buscan soluciones que aporten nuevas experiencias al viajero para atraer y fidelizar a nuevos segmentos de clientes de todas las culturas y generaciones:  Silver Economy, Baby Boomers, Millenials, Generación Z, etc.

La pandemia lo ha cambiado todo y han surgido nuevas tendencias en la manera de disfrutar de un viaje debido al cambio cultural que se está produciendo en todo el mundo. Por ello, siguiendo con el lema de “recuperando la felicidad por viajar,” Santalucía Impulsa lanza un nuevo reto para el ecosistema emprendedor, el cual tiene como objetivo principal: completar la oferta de productos y servicios existentes para todos los tipos de viajero, en el contexto de nueva normalidad. 

Desde el Grupo Santalucía, entienden que la experiencia de viajar está definida por multitud de factores y necesidades particulares, que se determinan en función de: perfil del viajero, número de acompañantes y relación con los mismos, destino, vocación del viaje, logística, seguridad, salud, asistencia, experiencias, precio, tiempo disponible, transporte, recuerdos, trazabilidad de todo el proceso end-to-end, etc. En definitiva, quieren construir un nuevo paradigma de la experiencia de viaje que constituya un atractivo para los clientes o potenciales clientes.